Hace un año que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasbuirgo derogó la doctrina Parot que legalmente permitía que los asesinos de ETA, violadores y otros delincuentes que cometían gravísimos crimenes, cumplieran íntegramente sus condenas y no tuvieran beneficios penitenciarios.
El balance de este año es que algunos han salido a la calle y han reincidido y en ningún caso se han arrepentido de sus delitos.
Hoy en embloga2 analizamos als consecuencias.